Una casa suele ser la posesión material más valiosa de una persona, da igual si tienes más de una propiedad. Los bienes raíces son una inversión, brindan estabilidad y quizás formen la parte de mayor valor de tus activos. Por lo tanto, si decides alquilar, es tu responsabilidad de respaldarla con un contrato sólido y válido.
Debido a la economía actual, los alquileres de casa y apartamentos están aumentando en El Salvador. Por esta razón, a muchos jóvenes y emprendedores les resulta más conveniente alquilar una propiedad, ya sea por su flexibilidad, o porque quizás las nuevas generaciones tienen por el momento un menor poder adquisitivo para la compra de un inmueble.
Alquilar una vivienda es una idea muy acertada, pero solamente si se realiza a través de un contrato que no deje cabos sueltos, y que contemple todos los aspectos necesarios para tu seguridad. Estos puntos son:
En el contrato de alquiler, deben estar incluidos datos como la dirección completa, la cantidad de metros cuadrados, cuales áreas si y cuales no pueden ser usadas en la vivienda. Esto último se refiere, por ejemplo, a los jardines o zonas verdes en una casa compartida.
Esto debe quedar claro en los términos del contrato, para evitar confusiones o que un inquilino crea tener derechos que no le corresponden. Las condiciones bajo las cuales se entrega la propiedad también deben ser divulgadas en el momento de la firma del contrato.
También debe quedar asentado en el contrato cualquier problema estructural que el arrendador acepta reparar o cuántas modificaciones puede hacer el inquilino a la propiedad.
Otro punto del contrato de arrendamiento debe ser una cláusula que mencione el monto del alquiler. Puede ser una cantidad mensual, semestral o anual, pero aun así debe especificarse en el contrato.
Determinar la tarifa de alquiler en el contrato es beneficioso para ambas partes. Como inquilino, no tiene que pagar montos irrazonables o injustas, y como propietario, puede garantizar lo acordado.
También se recomienda incluir en el contrato si se esperan aumentos futuros de la renta y asegurarse de que los inquilinos comprendan completamente esta cláusula.
Con el monto de pago ya acordado, es hora de establecer una fecha límite para los depósitos. Esto determinará cuándo vence el primer pago de la renta, así como con qué frecuencia deben hacerse los pagos y cuándo vence el último pago del alquiler.
Esto evitará que un propietario cobre un mes de más, o que un inquilino no quiera pagar por los servicios. Nuevamente, estas son reglas que afectan ambas partes. Asimismo, los contratos pueden tener una duración de varios meses o años, por lo que es recomendable establecer condiciones para su renovación o su cancelación.
Los contratos de arrendamiento deben explicar detalladamente sobre que reglamentación se aplicara para el uso de la vivienda. Aspectos tales como si es permitido o no tener mascotas o cuales modificaciones se pueden hacer a la propiedad y cuáles no, es sumamente importante dejarlos en claro por escrito.
También deben especificarse las posibles consecuencias que pueden ocurrir si los inquilinos incumplen con las normas para el uso de la propiedad. Este reglamento debe ser lo más detallado y comprensible que se pueda.
Tanto los derechos como las obligaciones de arrendatarios y arrendantes deben estar presentes en las distintas cláusulas del contrato. En el apartado de los derechos del arrendatario, algunos pueden incluir, por ejemplo, el libre uso del espacio físico por el que ha pagado, mientras que entre los deberes del arrendador se encuentra el velar por el mantenimiento del inmueble.
También es un hecho que a lo largo del tiempo pueden surgir cientos de situaciones diferentes en una relación propietario-inquilino, por lo que es imposible describir detalladamente el 100% de ellas por escrito. Sin embargo, lo más acertado será abordarlas en una forma general y centrarse en aquellas que se presenten con mayor frecuencia.
Antes de terminar, no se puede crear un contrato sin tomar en cuenta algunas disposiciones de la Ley de Inquilinato de la República de El Salvador:
El artículo 2 de la ley establece que los derechos de los inquilinos son irrenunciables, por lo que no tendrán valor las cláusulas que pretendan eludir sus derechos. En resumen, los propietarios no pueden tener todas las de ganar
En su artículo 5, la Ley de Inquilinato indica que cuando no haya un contrato escrito, esto será imputable al arrendador. La sanción por esta infracción será el valor del 50% de la renta mensual.
Aunque muchos países prohíben a los inquilinos subarrendar propiedades, existe cierta confusión sobre el tema debido al artículo 14 de la Ley de Inquilinato, el cual indica que el propietario puede conceder una autorización al inquilino para que este pueda sub arrendar. Sin embargo, posteriormente indica que ese excedente entre lo que paga originalmente el inquilino, y el monto por el cual el inquilino sub arrenda la propiedad, le derecho al propietario de aumentar el precio original del alquiler. Por lo tanto, lo ideal es acordar con el propietario esta clase de acuerdos. La interpretación de la ley requiere la ayuda de un abogado.
Un contrato llegará a su final por varias causas. Sin embargo, algunas señaladas por el propietario pueden pasar desapercibidas por el inquilino, como por ejemplo tener sustancias inflamables o con salitre en el interior del inmuble, pues podrían poner en peligro la propiedad. Por lo tanto, cualquier infraccion que provocase la revocacion del contrato de alquiler debe quedar asentada en las clausulas del contrato.
La ley protege los intereses del propietario, por ejemplo, si pasado un año, tanto él o sus parientes consanguíneos de primera generación o su cónyuge necesitan un lugar para vivir, el contrato puede ser rescindido. Aunque hay que avisar con al menos 2 meses de antelación.
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