Comprar una casa o apartamento no es una tarea que se resuelva de un día para otro, ya que este proceso involucra muchos trámites legales, así como variables que pueden retrasar la transacción más allá de lo debido. De acuerdo a la rapidez con la que se den estos trámites, y considerando que puedan o no surgir complicaciones durante el desarrollo de este procedimiento, esta operación puede tomar días, semanas o incluso meses.
La compra puede verse estancada no únicamente por la tardanza de los trámites que conlleva, también cabe la posibilidad de que una de las dos partes quiera desistir de la operación. Afortunadamente, existen los contratos de promesa de compraventa, pero ¿Qué puede hacer este documento por usted?
Es un documento donde el comprador y el vendedor acuerdan completar el proceso de venta de una propiedad. Tal y como lo indica su nombre, se trata de una promesa de compra-venta, la cual no queda en simples palabras, sino que se transfiere a un documento legal.
En este caso, se establece un acuerdo entre las dos partes (vendedor y comprador), con el principal objetivo de brindar seguridad y confianza al comprador sobre el inmueble que está a punto de adquirir.
El documento deberá contener todos los detalles, como la fecha de vencimiento, términos y condiciones, y cualquier tipo de compensación por incumplimiento de contrato. Para que sea legalmente valido, debe ser firmado por ambas partes, además de dos testigos y también por un notario público.
Los contratos de promesa de compraventa no son de carácter obligatorio, sin embargo, sirven como salvaguarda adicional para asegurar, o al menos reducir, la posibilidad de que una de las dos partes incumpla su compromiso. A lo mejor usted no lo vea estrictamente necesario cuando el trato ya está cerrado verbalmente, pero un documento vale más que mil promesas.
Hagamos un caso práctico. Supongamos que ha encontrado una propiedad a la medida de sus gustos y preferencias, y está absolutamente seguro/a de que quiere que sea suya. Ya cerro el trato de palabra, pero no quedo nada por escrito. Entonces, las escrituraciones se están tardando mucho tiempo, más de lo esperado, y el vendedor empieza a perder la paciencia. Todo parece indicar que va a echarse para atrás con la transacción, pero se acuerda que firmó un contrato de compraventa y que tendrá la obligación de concretar la venta, o de lo contrario, deberá pagar una compensación al comprador.
La resolución de una solicitud de crédito hipotecario o un proceso de regularización ante el Registro Público de la Propiedad son dos de los tramites que pueden tomar más tiempo. Pero incluso, si no hay nada más que hacer para apresurar las cosas, puede utilizar el contrato de promesa de compraventa para asegurarse de que en cuanto todos los tramites se solventen, la propiedad pasé a ser suya.
Los usos que se le pueden dar a este simple documento se extienden incluso a propiedades que aún se encuentran en proceso de preventa. Solo debe especificar en el contrato la fecha para cuando el proyecto haya finalizado su construcción, para asegurar la compra antes de que siquiera haya iniciado.
Si desea aprovechar al máximo un contrato de promesa de compraventa, debe comprender cómo está elaborado, y para ello lo mejor será conocer las cláusulas correspondientes. Es decir, los términos y obligaciones que deben cumplirse para la ejecución del contrato en forma pacífica. Estas condiciones son:
En cuanto una de las partes rompa el contrato de cualquier forma se te presentan dos opciones. La primera es tratar de razonar con quien incumplió el contrato, recordándole que tiene un contrato contigo y que de incumplirlo deberá pagar una sanción. Esta es la opción pacifica, y con la cual, si tienes suerte, podrás hacer entrar en razón al segundo implicado y cerrar el trato.
En el caso de que una de las partes incumpla el contrato bajo cualquier forma, se le presentaran dos opciones. La primera será buscar razonar con el infractor y recordarle que tiene un contrato con usted. Si llega a romper el contrato, tendrá que pagar una penalización. Esta es la alternativa pacifica, y en caso de tener éxito haciendo las cosas de esta forma, podrá cerrar el trato sin mayores preocupaciones.
La segunda opción lamentablemente no es pacífica. Si alguna de las partes viola el contrato, y ya se buscó la manera razonar con la persona que no está cumpliendo su parte del trato, o si simplemente desea presentar una demanda sin tanta vuelta, está en su absoluto derecho. Debido a los términos y condiciones previamente firmados y teniendo en cuenta las cinco firmas que le dan validez legal al documento, puede comunicarse con las autoridades o con un abogado para que lo ayuden a obtener su compensación.
O antes de hacer un escándalo perfectamente evitable, puede intentar llegar a un acuerdo con quien incumplió el contrato para que pague la indemnización y no se vea en la necesidad de tomar acciones legales. Independientemente de la decisión, puede estar seguro/a de que obtendrá la propiedad o en su defecto, una cantidad importante de dinero.
Y si bien es cierto muchos preferirían la primera opción para evitar tener que comenzar de nuevo a buscar otra propiedad, la segunda opción significaría una aportación a sus fondos, para encontrar otro inmueble que llame su atención.
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